miércoles, diciembre 09, 2009



Es imposible dejar de contestar al llamado estrepitoso que ellos hacen todos los días, ese hondo zumbido que toca los oídos cuando les escuchas llorar porque les han golpeado, porque les mantienen encerrados, porque les han herido o porque ya se han resignado a morir convertidos en sanguinolentas partes. Luego empiezas a saber todo cuando miras a sus ojos y puedes ver más allá de lo que han tratado de venderte como cierto, y entiendes que no son menos que nadie humano, que solo desean vivir libres y que tu te haz convertido en su enemigo cuando aceptaste voltear la mirada y dar por cierto que existen en función a ti.
Por qué entonces arrebatarles esa libertad, por qué atarles a dolorosas vidas, por qué condenarles por no haber nacido humanos.
Podrás borrar los clamores de tu mente, justificar tu propio engaño y continuar el camino; lograrás divisar el asfalto, ver a la mujer explotada, al niño mendigo, al negro marginado, al trans golpeado, y sabrás que es la misma injusticia la que llevó un pedazo de cerdo a tu estómago.
Solo si entonces decides gritar, tomarás un espejo y verás al culpable, aquel que desde hoy estará de su lado, aquel que podrá liberarles y hacer del mundo un lugar realmente justo.

10 DE DICIEMBRE. DÍA INTERNACIÓN DE LOS DERECHOS ANIMALES